⁓ LA PARROQUIA ⁓
Estudia todo lo referente al trabajo pastoral de la parroquia y en comunión con la Iglesia Diocesana y con las otras parroquias del arciprestazgo. Cada grupo parroquial se encuentra representado en este Consejo, y su misión principal es cooperar con el párroco en la programación de las actividades pastorales de la parroquia. Su actividad comienza un poco antes del curso, en septiembre y finaliza tras el último acto oficial del curso, en junio.
Colabora con el Párroco en la administración de los bienes de la parroquia, asesorándole también en todo lo que se refiere a obras de restauración de los templos. El párroco debe consultar al consejo en todas las decisiones que afectan a los bienes parroquiales y patrimoniales de la parroquia.
Tenemos un reto que en este momento de la Iglesia es muy importante: avanzar hacia la autofinanciación. Hay que buscar caminos para que la Iglesia sea capaz de sostenerse por los medios que sea necesario, el primero y más importante es la aportación generosa de los cristianos, sin descuidar que la Iglesia, como otros grupos sociales, puede defender su derecho a recibir fondos sociales para cumplir con los fines que le son propios y que nuestro sistema legal reconoce como de interés social.
Contamos ya en nuestra parroquia con un pequeño grupo de personas generosas que ya están haciendo su contribución de forma periódica con una cuota anual o mensual. Parece que ese es el camino que quiere indicarnos la Conferencia Episcopal española como el más adecuado. Pero no hay que descuidar nuestra atención en otros medios muy importantes, como es marcar la «X» en la declaración de la renta, ha sido y sigue siendo muy importante.
Para nuestra parroquia es muy importante la conservación y mantenimiento de nuestros templos, de un valor religioso, histórico y artístico excepcionales, que se encuadran dentro de la declaración de la ciudad de Ávila como patrimonio de la humanidad. Para este mantenimiento es muy necesaria la aportación por las visitas a la Basílica de San Vicente, que ayuda de forma decisiva a la restauración y el mantenimiento de los templos parroquiales.
El ejercicio de la Caridad forma parte de la misión de la Iglesia, no puede faltar. Caritas parroquial funciona gestionada por un grupo de voluntarios que se encargan de estar atentos y de resolver los casos de necesidad de las personas y familias de nuestra parroquia. En todo momento se coordina con Caritas interparroquial y con Caritas diocesana
Este grupo de acogida de caritas parroquial atiende a todas las personas que se acercan a la parroquia los martes de 17 a 18, en el centro parroquial (entrada por C/ Arturo Duperier).
Caritas parroquial consigue los fondos para su actividad de la campaña que ya hace años inició, y que se conoce como «Operación 200», familias que se comprometen con una aportación fija, mensual o anual. Además, gestiona los fondos que son depositados en la hucha del «pan de los pobres» que está en la Capilla de San Antonio de Padua, de la Basílica.
La parroquia, junto con las otras parroquias del arciprestazgo, colabora activamente en el sostenimiento del Dispensario diocesano de Caritas.
El arciprestazgo cuenta con un «ropero» para ayudar en la distribución de ropa a las personas necesitadas, está gestionado por voluntarios de los equipos de las caritas parroquiales.
Visitar a los enfermos es una de las obligaciones de la comunidad cristiana. El grupo de visitadores está formado por voluntarios de la Parroquia.
Una Hermana de las Siervas del Evangelio, coordinada con el párroco, es la encargada de llevar la comunión a los mayores y a los enfermos. Hacemos partícipes a los enfermos en nuestra Eucaristía dominical desde la que es enviada la Hermana con el Santísimo para acercar a los enfermos a la celebración eucarística parroquial. Si conoce algún enfermo de la parroquia que desee recibir su visita avíselo en la Parroquia.
El grupo de liturgia funciona con relación a la preparación de la misa con las familias, propiciando la participación de los niños, padres y catequistas.
Hay dos grupos de cantos:
Se quiere impulsar desde la parroquia un grupo de monaguillos, su presencia y servicio cercano al altar recuerda el deseo de Jesucristo de que los niños estén cerca de Él.
Todos son grupos abiertos, que se revitalizarán en la medida en que vayan incorporando otras personas que tengan inquietud por desarrollar su vocación específica en la Iglesia.
Os invito a que os incorporéis a aquel que esté más cercano a vuestras preocupaciones humanas o cristianas.